El macizo de Sierra Nevada es, sin duda, el área de mayor riqueza biológica y endemicidad de la Península Ibérica, la segunda de España tras las Islas Canarias y una de las más importantes de toda Europa, aspectos, entre otros, que han motivado su declaración como Parque Natural, primero, y Parque Nacional, después. Los motivos de ello son variados:
Muchas especies presentes en Sierra Nevada son el resultado de las distintas y sucesivas aportaciones que se produjeron en el pasado por la unión física con el norte de África o bien por el desplazamiento hacia el sur de las condiciones climáticas frías durante las últimas glaciaciones. Durante el periodo de unión con el norte de África llegaron a Sierra Nevada las numerosas especies que comparten hoy los territorios béticos con el norte de Marruecos (Atlas y Rift).
Por otro lado cuando terminó la última glaciación las especies alpinas se refugiaron en las principales alineaciones montañosas, donde las condiciones climáticas frías aún les permitían sobrevivir, entre ellas Sierra Nevada.
Pero hay una serie de condiciones ambientales que producen una selección biológica tan importante y drástica que los organismos han seguido un proceso de especialización muy intenso, que ha llevado a que la generación de especies exclusivas (endémicas) haya sido muy elevada. Estos factores son: gran amplitud altimétrica, lo que condiciona una variabilidad escalonada de gradientes climáticos, presencia prolongada de nieve, bajas temperaturas en invierno y altas en verano, alta radiación solar, baja disponibilidad de agua, viento frecuente que deseca el suelo y las plantas, suelos pobres en nutrientes.
Pinchando en los enlaces de fauna y flora podremos saber más de las especies endémicas y no endémicas de Sierra Nevada.